sábado, 20 de agosto de 2016

Portfolio Prácticum I

   Me he decidido subir la parte del incidente crítico del portfolio que realicé con motivo de mi primer año como prácticum. Algunas cosas, quizás, tienen más sentido si estuviera con el contexto total del trabajo. No me parece acertado subir los datos del colegio en el que estuve.


    Expongo un pequeño análisis de lo que me pareció:


    En este apartado me propongo realizar un análisis sobre la vivencia y la impresión
que me llevo del prácticum. 


     En rasgos generales, la clase se me planteó de esta manera:

    La profesora llevaba desde Octubre, ya que la antigua tutora de la clase, y con la que llevaban desde tercero de primaria, se jubiló. Al hablar con la nueva tutora me informó acerca de que no le dejaron ningún tipo de información de los alumnos así que es como si empezara de nuevo en una clase diferente a la de su antiguo centro. Esto se notaba ya que los niños estaban un poco reacios a colaborar con ella, como si echaran de menos a su profesora antigua y no entendieran que no iba a volver. Era como si la profesora y la clase no se compenetraban, por ello el grupo de alumnos estaba desmotivado. Algunos, en los últimos días me llegaron a decir que las cosas con la maestra antigua eran muchos mejores y todos aprendían más. Esto me imagino que con el tiempo se podrá mejorar ya que lo que le falta a los jóvenes es conexión con la profesora, y ella ponía de su parte para intentar remediar esta situación.

    Otro factor que me sorprendió mucho y no gratamente, fue el tema de los cuarenta y cinco minutos por materia, algo que me parece horrible, ya que entre que los niños se preparan, cambian de asignatura y se tranquiliza; lo normal es que se pierdan unos diez minutos, quedando exclusivamente treinta y cinco minutos para corregir ejercicios y explicar nuevo temario. Me chocó que la profesora era muy tradicional y no incentivaba a sus alumnos ni usaba mucho las nuevas tecnologías ni material de apoyo didáctico, así que hablé con ella y me descubrió una dolorosa verdad. El colegio, al ser público está sujeto al Estado y por tanto, tiene un currículo base y unos objetivos que tiene que cumplir, si a eso se le suma el factor económico del centro y la reducción horaria de los cuarenta y cinco minutos, nos encontramos con un panorama desolador, donde el profesor está “obligado” a tener un grupo clase y que no le dé tiempo a centrarse en los problemas individuales de cada alumno.

    Este es otro tema, en la clase había un grupo que iba súper atrasado. Lo peor es que la profesora no hacía nada para intentar solucionarlo. La mayoría de las veces lo daba por explicado y no admitía réplica por parte del alumnado. Esto lo noté cuando en mis primeros días me dedicaba exclusivamente a brindarle apoyo a estos niños, y luego, cuando se lo comenté a la profesora me dijo que sí, que es cierto, pero que no puede hacer más de lo que hace porque si no se le pierde el grupo clase entero.

    Como ya mencioné en el apartado anterior los resultados del sociograma no fueron los esperados, ya que, personas que se veía que tenían muy buena relación con sus semejantes no fueron votados ni para bien ni para mal, niños que pensábamos que eran más populares, no lo eran y alumnos que pasaban desapercibidos eran los que más votos tenían. Reinaban las relaciones recíprocas y había bastantes grupos aislados. Luego, fuera del papel esto no se veía, y parecía que todos se trataban con todos. A la hora del cariñograma (que consiste en decir cosas positivas de los alumnos entre ellos mismos y para ellos mismos) me sorprendieron gratamente los niños al asegurarme que era muy complicado decir cosas positivas de la gente, que lo más fácil era lo negativo. Esto me supuso gratificante porque me di cuenta de que los niños están en el mundo real, y aun así lo intentaron y salieron cosas muy bonitas. Esto ayudó a fomentar las relaciones entre las clases.

    Me gustó que las clases de Inglés se dieran en ABP ya que esto es una metodología que fomenta los lazos afectivos entre los alumnos y permite interiorizar los conocimientos. Yo hubiera dado todas las asignaturas de esta forma. En el ABP y usando las nuevas tecnologías el profesor cambia ese rol de “fuente de conocimiento indudable” y pasa a ser un mero guía que ayuda a sus alumnos a que ellos formen su propio aprendizaje, algo hermoso y práctico ya que cada niño es un mundo.

    Ahora bien, el resto de las asignaturas eran impartidas de una forma tradicional. Por lo general, esto es una metodología basada en el adoctrinamiento. Aquí el profesor es el que manda, él hace y deshace y todo lo que diga es lo correcto. De esta forma los niños no llegan a entender el “por qué” de las cosas, y lo que es peor, el “para qué”. Esta clase anteriormente estaban sentados de la forma tradicional, por parejas o de forma individual y todos mirando al profesor. Esta manera guarda un mensaje subliminal que significa que el profesor es la fuente de conocimientos y los alumnos solo escuchan y asienten. Lo ideal para mí sería dar la clase en forma de asamblea, de manera que todos formamos parte de ese círculo y todos podemos formar parte del conocimiento grupal. Avivaría el debate y la crítica, algo que actualmente en las escuelas es tabú. Al adoctrinar a los niños, pierden esa crítica, y si no la pierden y la manifiestan, en las escuelas (su mayoría) los callan y apagan para que no molesten. Para mí esto es algo intolerable.

    Me parece también muy mal que Música y Plástica tengan tan poca importancia ya que yo considero que deberían ser la base de todo el aprendizaje. Está  demostrado que las artes dan al sujeto una capacidad lógica bastante importante, a su vez, la música por  ejemplo entrena partes del cerebro que son las que se activan con las matemáticas o con otros idiomas. El arte plástico y audiovisual  provee al niño de creatividad y capacidad de abstracción y percepción de la realidad, algo que con una buena unidad didáctica haría más eficaz la educación en todos los ámbitos.

    Basándome en los estudios de Ken Robinson llego a la conclusión de que actualmente, la escuela presenta un sistema educativo antiguo, con propósitos de otras épocas. Nuestro sistema educativo actual está basado en un modelo de tipo industrial. Es decir, se entrenan a personas para que en un futuro ocupen un puesto de trabajo, y esto es importante, y sobre todo fue importante para la época de la Revolución Industrial. Pero en pleno siglo XXI deberían tratarse otros tipos de materias en el ámbito escolar, me refiero a la educación y el desarrollo moral y sobre los sentimientos.

    En la escuela del siglo XXI aprendemos haciendo, no repitiendo. Aprendemos por las emociones, es decir, si un aprendizaje tiene una carga emocional detrás, algo que motive al alumno, será mucho más sencillo y agradable de incorporar. Y también diré que para ser felices debemos desarrollarnos en  un ámbito sano y que nos forme no solo como trabajadores, si no como personas y ciudadanos. Es necesaria esa vuelta a la creatividad en las aulas, no sólo en las artes, en todas las materias. Por eso pienso que con nuevas metodologías esto se podría llegar a conseguir.

    También propondría cursos obligatorios de actualización pedagógica. ¿Qué es esto? Cursos que tienen que pasar los profesores cada cierto tiempo para estar siempre adaptados a las nuevas corrientes pedagógicas. De esta forma un cambio a mejor generalizado estaría garantizado.

    “ˋ[…] El educador tiene que ser sensible, tiene que ser esteta, tiene que tener gusto. La educación es una obra de arte. El educador tiene que ser ético, tiene que respetar los límites de la persona. Yo no puedo entrar en ti e irrespetarte. Yo tengo que respetar tus sueños y tus miedos. Pero yo debo tocar estos miedos como ese terapeuta hace a veces. Si tú vives, si tú trabajas en un grupo metido en el silencio hay que encontrar un camino para que ellos rompan el silencio. […] Si el grupo me quiere escuchar, no puedo negarle mi voz, pero enseguida yo demuestro que necesito también de su voz, porque mi voz no tiene sentido sin la voz del grupo.” (Freire, 1974).

    Basándome en esta cita del pedagogo Paulo Freire fundamento todo lo dicho anteriormente acerca de la importancia de que la clase sea un grupo y que el profesor no sea exclusivamente adoctrinador de conocimientos y rutinas. Muchas veces pienso en la clase como si fuera un grupo de terapia, todos hablamos, todos compartimos, todos somos importantes y todos contribuimos en algo al compañero. El profesor no es más importante que el alumno, ni viceversa.

    Basándome en J.M. Esteve aseguro que debería darse un modelo educativo de iniciación. Este modelo es considerado adecuado a los valores de una sociedad pluralista y democrática. Según este modelo, los educadores tenemos el deber de iniciar a los alumnos en aquellos valores, actitudes y conocimientos que hemos descubierto como valiosos. Se rechaza por respeto a su libertad la idea de que, como educadores, impongamos lo que nuestros alumnos o nuestros hijos tienen que pensar, lo que tienen que creer o lo que tienen que hacer al acabar su periodo de educación; pero se nos plantea el deber de iniciarles en los valores que a lo largo de nuestras experiencias personales y colectivas hemos descubierto como importantes.

    He de decir,  por último, la gran labor que tiene el director y el jefe de estudios, ya que siempre que ha habido un problema, ellos no han dudado en actuar rápidamente y de una manera muy pedagógica y adecuada al contexto. En líneas generales es un colegio que funciona bien por lo que he podido observar y en el que hay lazos afectivos muy buenos entre profesores y alumnos.


    En resumen, yo cambiaría drásticamente la metodología en la que se imparte la clase e intentaría incluir la educación moral y de sentimientos a las demás materias del currículo base.  Intentaría trabajar en proyectos y siempre motivando de una forma activa a los alumnos, de esta forma grupal intentaría paliar esos retrasos que se ven en algunos alumnos implantando una tutoría de iguales. Pienso que trabajar de esta manera tiene muchas ventajas entre las que se encuentran: facilidad de interiorización de conocimientos, supone una forma dinámica de aprendizaje, se produce una motivación general del alumnado y fomentan los lazos afectivos entre los miembros de la clase. Defiendo una educación basada en el respeto y en el amor, mezclando conocimientos con sentimientos, para así, no dejar de formar personas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario